sábado, 20 de septiembre de 2014

Alvaradito (5ª parte)

La alternativa en España y el breve reinado en la cúspide taurina
Pasa por diversos pueblos de España, por Barcelona y por Marsella y, por fin, su gran amigo Antonio Montes, le da la alternativa en Fregenal de la Sierra, el 22 de septiembre de 1904… grandes ovaciones para los dos, una tarde inolvidable.

La segunda vez que volvería a México sería en 1905, actuando en Juárez, Chapultepec, Torreón y Lagos. Tampoco faltaría alguna actuación en Marsella y, posteriormente, toma un barco en Barcelona rumbo a Venezuela, para actuar en Caracas y Valencia. Sumaron en este año un total de 21 corridas, teniendo en cuenta la dificultad y la tardanza del transporte en aquéllos años.





Después en San Luis de Potosí, en abril de 1906, pero esta vez como banderillero. De allí vuelve a España para la primavera y casi todo el verano, donde triunfa estruendosamente, pero también recibe dos cornadas de importancia, en Aroche (actuando herido en Calañas, por no perjudicar a la empresa) y otro accidente en Constantina.
En estos años los comentarios periodísticos del Alvaradito son, por ejemplo: “tiene exceso de valentía”; “adornándose en extremo con la capa”; “destaca con las banderillas”; o en México: es el “favorito”, o bien: “hizo el delirio”. En estos momentos, que ocupa de ovaciones, aplausos, regalos, salidas a hombro y orejas –menos documentadas pero numerosas, estas últimas-; puede darnos una idea de qué figura torera estábamos presenciando.



Por ello, en la temporada mexicana de Noviembre 1906 a Mayo de 1907, interviene casi todas las veces como matador con su cuadrilla, y en alguna ocasión como banderillero. Su hermano Francisco le acompañará formando terna en cada acontecimiento taurino. Así, podemos verlo en México, Guadalajara, Progreso, Puebla, Chihuahua y Durango; recibiendo numerosos elogios por parte de la prensa mexicana, habiendo cosechado numerosos éxitos y viéndose en la necesidad de dejar diversas corridas sin atender, por su premura en volver a España. Y, claro está, como ninguno es profeta en su tierra, se ve relegado –por voluntad propia o forzado- a formar parte del cartel de novilleros nuevamente. Es posible que no le salieran los números, que la distancia de España hubiese enfriado mucho sus recuerdos, o que las figuras doradas del toreo ensombrecieran el éxito que él ansiaba en España. Lo cierto es que vuelve a ser torero dorado en México y matador de plata en España.
Y mientras que a su hermano Francisco se le contabilizan unas 20 corridas entre 1906 y 1907, él acudía a novilladas y a cuadrillas, unas veces con “el Chico” y otras sin él. Sobre Francisco, hay constancia de que toreó en Arlés con el francés Pouly Fils, y otras por pueblos de España.



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