martes, 2 de septiembre de 2014

Alvaradito (2ªparte)

AÑO 1895. El Aprendizaje y los Consejos.

Café cantante en Sevilla 1890

¿De dónde surge el arte?, no lo sabemos a ciencia cierta. Sí que el ambiente de la Sevilla de finales del XIX mostraba el contraste de la pobreza, el hambre y la enfermedad; ante las cuáles se evadían y se buscaban la vida gracias a la música y a los toros. Eso viviría Alejandro en su juventud.
A continuación, tenemos la primera referencia documental que aparece sobre sus actuaciones. Nos la provee la Revista semanal "El Enano", nº 43, de 11 de julio de 1895. 



MURCIA
7 de Julio de 1895
A las cinco en punto y bajo la presidencia del Sr. Figueras de Molinero, salieron las cuadrillas capitaneadas por los valientes diestros Francisco Cayuela "Rolo", y Alejandro Alvarado, "Alvaradito", ambos de Sevilla; después de cambiar la seda por el percal, se dio suelta al primero...

Segundo, del mismo pelo que e1 anterior, atendía por Remendao, tuerto del derecho; viendo el presidente que no quiere pelea con los de aupa, ordena sea fogueado, ejecutando la suerte Bonifa y Pepiñá con dos pares A la media vuelta y cierra Bonifa con uno al cuarteo. El toro que salió con un puntazo en el brazuelo, dado por un compañero, pide el público, con la venia del matador, que vaya al corral, á lo que no accede el presidente, puesto que son toros de deshecho y está en condiciones de lidia; el público grita y rompe las sillas, y el Sr. Piqueras no hace caso de los Ignorantes que piden injustamente lo que no debe ser; mientras tanto Alvaradito, que comprende que está cometiendo una pifia con no querer brindar, lo hace con traje lila y oro, se va al bicho al que pasa con uno natural, sufriendo un desarme; coge los trastos, y desde lejos, se le arranca el toro, y de poder a poder, deja una baja que hizo doblar al Morito y respirar al matador, que comprendió que todavía hay Providencia.
El toro, hecho un pillo queriendo carne.

Cuarto, negro, listón, ainado de pitones y bien puesto, se llama Corredor, algo burriciego; de Ballesteros, Migas y Torralba toma cuatro alfilerazos, catando al quite Bonifa; Alvarado, al ver las condiciones del toro intenta dar una larga A medio capote, el bicho hace por él, dándole un achuchón, rompiéndole la taleguilla; con precipitación y embarullamiento abanica al toro, hincándose de rodillas. Palmas.
Bonifa prende un par de lujo al cuarteo superior que le vale una ovación, el toro lo persigue y salta tras él al callejón.
Ya en el ruedo, Zurini cuelga medio par, y repite Bonifa con uno bueno. Alvarado, que encuentra a Corredor con facultades y desparramando la vista, lo pasa con uno cambiado, otro de pecho, siendo achuchado y tomando el olivo, cuatro con la izquierda y dos derecha, para un pinchazo trasero, varios pases, saliendo perseguido y desarmado, y otro pinchazo bueno tomando el olivo, y primer aviso; otro pinchazo en todo lo alto, otro bueno, y segundo aviso, rompiéndosele una pata al toro. Intenta el descabello y lo consigue al segundo golpe. El toro receloso y encogiéndose.


APRECIACIÓN

Alvaradito. Ya dije de este diestro que prodiga mucho la valentía queriéndolo hacer todo; para los toros criminales están los recursos de los matadores. Si asi no fuese, nada mis que veríamos matar toros nobles, y no aplaudiríamos la valentía do los diestros con toros guasones. Nada más que a la Providencia le achaco el que matara a su primero, A su segundo le debió trastear mucho mejor, pues condiciones tenia para ello, casi estoy por decir que. exceptuando el tercero, fué el mas claro de todo. Lo que es, que usted se embarulla, se azara, y no sabe por donde se anda; lástima que con esa valentía no tenga más vista y más aplomo ante la cara de los toros; tome mi consejo si es que quiere y creo no le pesará y llegará dia que sus buenas faenas sean aplaudidas de verdad por los públicos.
D. CAUTELA.

La alternativa al toreo era, por lo general, la vida agrícola y hacinada en los campos o en las ciudades masificadas. Aquí podemos ver una estampa propia del año en cuestión, lo que puede hacer pensar la necesidad y el deseo de huir como fuera de la miseria.

Los duros principios

A la vista de esta última apreciación del papelista “Cautela”, creo que realiza afirmaciones proféticas, que serán de gran ayuda, pues nada más le dice la verdad. Sobre el primer toro apostilla la palabra “Providencia”, y será cierto a lo largo de toda la vida de Alvarado, dado que, a pesar de todos los peligros y dificultades que vive, llegará a ser muy aplaudido y cumplir sus primeras ilusiones, aunque se quedara como un “torero de plata”. Si bien es cierto que trabajaría con muchos de los mejores toreros de la historia, y no lograra ser un primera línea, en cuanto al factor tiempo de torero, pocos le habrán ganado. Por dichos motivos, no es de extrañar que esto se debe únicamente a la “Providencia“. Es, por tanto, valiente, y lo quiere hacer él todo, es decir, torero de muchos recursos pese a la juventud. Por el contrario, es impaciente en terminar las faenas, por miedo a que se eternicen –aunque con lo que tiene enfrente se puede comprender dicha actitud-.



En la crónica taurina de la página 5 del Diario La Vanguardia de Barcelona, en el día 13 de septiembre de 1895, aparece el percance más antiguo del que hay referencia escrita, como lo más antiguo recogido en un diario de la prensa:

Corrida de toros
De los toreros que han lidiado los toros corridos después, ha sido cogido uno llamado Alejandro Alvarado (a) Alvaraito. He aquí el parte facultativo:
«Durante la lidia del tercer toro ha ingresado en esta enfermería el espada Alejandro Alvarado con una herida de unos 4 centímetros de extensión y tres de profundidad que le impide continuar lidiando.—Doctor Lacasa”


Alejandro era todavía un perfecto desconocido y su carácter expuesto y valiente le expondrá al miedo de la consecuencia más temida para un torero: que puedan acabar sus sueños, su profesión y su vida torera... sólo del posible fondo, el riesgo de ser muerto por un toro.

En un párrafo anterior al citado, aparece la referencia que le seguirá en su caminar profesional, respecto a las mujeres valientes que también serán grandes profesionales de este arte de torear:




Toreras
Se ha verificado esta tarde la corrida de toretes, á cargo de Angela y otras.
Estas toreras han estado muy bien al correr los becerrillos que han toreado, pero el espectáculo no ha agradado mucho al público, por más que algunos aficionados han aplaudido bastante.

Es un hecho valiente no sólo en cuanto al toreo, sino el valor de ser mujer y exponerse a todo tipo de comentarios e insidias. No obstante, siempre son centro de admiración y, con el tiempo, demostrarán que esta empresa “catalana” está llena de profesión y respeto al peligroso arte. Ángela Pagés será su capitana por muchos años.



El relato completo nos lo facilita la revista “El Enano” nº atrasado de 12/09/1895.


Ya conocen ustedes—de hoy el suceso, salen las Señoritas—cuyos pies beso, a lidiar dos becerros—de pocos meses con verónicas cambios—y volapíeses.
Después salen (y de éstos—no beso nada), Alvarado y Cervera—con su mesnada, á mostrar los arrojos—de entrambos pechos con toros de seguro—mucho más hechos- Curiosidad no falta—por ver el arte que se dice que en una—y en otra parte han mostrado esas niñas—tan hacendosas, se entiende que en las tauromáquicas cosas.
Como yo soy galante—con demasía, que ganen muchas palmas—me alegraría, mas como aficionado—por Dios no creo que utilidades traigan—para el toreo, pues me voy sospechando—que en estas Eras, ya que no señoritas,—sobran toreras-
Mas son las cuatro y media—y el edil saca el pañolillo blanco—de la casaca; conque si ustedes quieren—dejando ripios, empezaré la cosa—por sus principios. Diciendo ante todo que aunque estaba anunciado para alternar con Cervera José Palomar, por repentina indisposición de éste ha habido que sustituirle con Alvarado.
La empresa, con buen acuerdo, ha dividido el espectáculo en dos partes, por lo cual el paseo le han hecho solas las señoritas que son las encargadas de las dos primeras jornadas de la obra que tenemos el honor dé representar.

Primero
Que como ustedes saben pertenecía a la casta del Duque de Veragua, y se llama Diablito, y es jabonero, salpicado de atrás, grande, buen mozo, caidito de armas y mogón del derecho.
Después de algunas carreras, pasa el del Duque á entendérselas con Montalvo, el cual pone una buena vara y vuelca
Cervera, mete bien el percal y se adorna luego- Pica el Gallego, hace el quite el Alvarado y por confiarse mucho sale achuchado y derribado, recibiendo el puntazo en los glúteos. Por su pie va á la enfermería yo creo que con puntazo-
PALMAS Y PITOS
Lo que ha llenado por esta vez la plaza de bote en bote ha sido la curiosidad que había por saber lo que hubiera de cierto en las habilidades de que casi á diario nos hablaban los periódicos de provincias respecto al trabajo de la cuadrilla de las Señoritas toreras que ha andado todo el verano corriendo las principales plazas de España...





 Amigo de las toreras.

De manera que Alejandro se encuentra en su presentación en la corte de Madrid y, gran frustración supone el hecho de tener que abandonar herido la plaza, sin dar lugar a demostrar su potencial ante tantos espectadores. Ese mismo día y hora, se presentaban las Noyas, con muchas críticas y enemigos de la idea de que las mujeres salieran a un ruedo, que era cosa de hombres. De tal manera que quedan puestas en duda, por una parte, y luego lo visto, se acaba reconociendo que verdaderamente tienen unos recursos y un arte de grandísima calidad, siempre manteniendo las distancias con los “toreros de verdad”, con los que se llegará a comparar a estas jóvenes. Lo curioso de la historia es que son catalanas, y ya en esos años se empezaban a oir en su tierra manifestaciones escritas y opiniones en contra de la fiesta española: el toreo y el flamenqueo; dichos enemigos serán llamados más adelante los “civilizadores”.
No se le quedaría nada bien el cuerpo a Alvarado, no sólo por el profundo puntazo recibido, sino por el “coraje” de no comenzar su ansiada carrera hacia el éxito y el reconocimiento, o haberla empezado con tan mala pierna, o casi podría decirse que “de puro culo”.

El mismo evento es relatado por el número 1153 de la revista “El Toreo”, de fecha 13/09/1895.

En el siguiente año se resarcirá de esta mala tarde de accidente, también ante las Noyas, y en años posteriores se verá cómo llega brindar un toro a una de estas amigas toreras que estaban en el público, mostrando que, contrario a la corriente de esos años, él no estaba nada en desacuerdo -al parecer- con el hecho de que la mujer tenía su sitio en las plazas. 

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