martes, 26 de diciembre de 2017

HISTORIA DE UN APELLIDO (1ª parte)

Hoy he estado con la familia paseando por Sevilla, en particular, por la Judería o Barrio de Santa Cruz.  Y he pensado que ya era hora de compartir algo más que el pequeño avance que publiqué el 14/06/2014, y poner a vuestra disposición estudios de muchos años, que supongo seguirán inconclusos muchos años más... esto es la historia.

Bien, trataré de dar un orden temático y no documentar en exceso con información que nos pueda perder; eso se lo dejo para aquéllos más curiosos. Ya sabéis que lo que queráis conocer más a fondo, si dispongo de ello, os lo facilitaré.

Entonces, comenzamos con las posibles explicaciones del apellido, no el actual de Alvarado, sino el original, que veréis al final de las diversas entradas como realmente se trata de una transformación necesaria en la historia y en la vida de una familia, y de lo que creo daré suficiente argumento. Empezamos...


Introducción a un Apellido

Quedó como herencia cultural, lo citado en la obra de Cervantes[1], señalando un color cenizo azulado, que es también coincidente con una variedad de uva jaspeada autóctona de tierras de rioja[2] .
En otro orden, el albarraz es una hierba piojera común andaluza, que también tiene otros usos medicinales pero que puede resultar muy tóxica y asfixiante.
Otro significado es el manchado de blanco o lo que declina hacia ese color, debido también a la enfermedad del albarazo[3] , aunque en la epidemiología española no aparece dicha alusión[4]
Todo ello pudiera indicar elementos físicos de raza, probablemente judía. Más adelante, a raíz del descubrimiento de América, se utiliza Alvarazado para describir una de las numerosísimas mezclas raciales que se dan entre las diversas tribus indígenas, o con los blancos, pero a este argumento no le considero merecedor de la cercanía a nuestra línea familiar por aparecer muy posterior a las fechas estudiadas y por todo lo antes dicho. No obstante, es el término al que mayor dedicación académica investigadora se le ha dedicado.
Y si, en definitiva, queremos inclinarnos hacia una interpretación más simplista, no queda más que tomar el antiguo apellido Álvarez y observar una de sus declinaciones en el apellido Alvaraz.

Comentarios al origen del apellido Albarazado

La mezcolanza de las culturas y la sangre visigoda, árabe y judía, con todas las implicaciones cristianas de España, configuran un entramado de apellidos no fácil de ubicar en una raíz u otra. Pero voy a desarrollar a continuación las opiniones y las interpretaciones que me conduzcan a una particular familia y los orígenes de su linaje. Uno de los primeros objetivos será reconocer en nuestros contemporáneos una enriquecedora mezcla a favor de la consciencia de un pueblo que no discrimina y que no tiene motivos para distinguirse de cualquier otra raza humana. El segundo objetivo, tratar de ubicarlo en los inicios de la repoblación del Aljarafe sevillano.

Albalá como documento

El Diccionario de la RAE en su 13ª Edición de 1809 define Albalá del árabe albará[5] donde se entregaba un derecho, un bien, o se registraba un hecho público para dar fe del mismo. Y Albalaero, era el que despachaba los albalaes.

Una descripción histórica mucho más completa nos la ofrece la Revista de Historia Medieval[6]. En uno de sus apartados especifica hechos que recogen la aparición de este documento tan controvertido, de carácter sentencioso, y que sin su validez no existía protección o, sencillamente, determinaba el castigo a algunas personas[7].

En lo que creo está un posible origen del apellido, surge la protección al pueblo judío, otorgado por diversos reyes y que resulta esencial para su supervivencia y desarrollo en la península ibérica o Sefarad[8].

La sombra de la lepra.



Para realizar una interpretación del apelativo Alvarazado, nos encontramos con diversas dificultades desde su origen de estudio e incorporación en la lengua castellana. En la historia de la lepra, hallamos por ejemplo, el uso del término equivalente alvaraz, tratándose de un tipo de lepra alba que no ha quedado reflejada en la iconografía de la baja Edad Media, motivo por el cual no se ha identificado claramente. Sí puede confirmarse que, desde un punto de vista médico, la lepra blanca es la primera fase de esta enfermedad, con la presentación de unas manchas hipopigmentadas o blancas. No obstante, existen otros eventos patológicos, como la tiña o el vitíligo, que presentan o cursan con estos síntomas dermatológicos. De este hecho sí que podemos encontrar iconografía relativa a la presencia de estos signos en la piel, como en la lámina 5 de la Cántiga 105 y viñeta 12 de las Cántigas de Santa María de Alfonso X el Sabio. Estas observaciones han sido recogidas por Maribel Morente Parra, en su obra.

Plantas y colores

                          


Otra acepción que quiero aportar es la recurrente referencia a las plantas, opción para apodar a personas que necesitaban cambiar sus apellidos. El albarraz (Delphinium staphisagria) es una planta venenosa robusta que puede alcanzar hasta un metro de altura, y crece en lugares sombríos y frescos, floreciendo en verano sus pétalos azules en racimos.
Es natural del Mediterráneo. En España se encuentra en distintas zonas de Murcia, Baleares y Andalucía. Crece en lugares sombríos y frescos. Sirve para combatir los piojos y la sarna, para tintes, y variados usos analgésicos y curativos.





Y como detalle de la riqueza de nuestra lengua castellana, y el elenco de colores, nada mejor que citar a Miguel de Cervantes en el EntremésEl retablo de las Maravillas”, donde hará referencia a numerosos nombres y apellidos con mucha sorna y burla, con referencia a los conversos, motivo persistente en la literatura del siglo XVI y XVII, a la vez que los prejuicios de casta, la genealogía, la limpieza de sangre o la carne de cerdo. Da buen ejemplo en alguna de sus estrofas [9]
Aunque la obra es publicada en 1615, asocia a ella numerosas aportaciones de otros autores, muchos de ellos anónimos, y recoge la herencia de grandes literatos del siglo precedente. 

Y la vivencia de estos siglos la presenta perfectamente esta pieza teatral, ya que muestra la realidad de la sociedad española: el problema de la limpieza de sangre. La honra y la opinión que de ellos se tiene, para un español medio de ese tiempo dependía, en gran parte, de que no se sospechara que en sus antepasados pudiese haber sangre mora o judía. Será una excelente autocrítica y una lección para los labriegos, creídos "cristianos antigüos".

Considero no tener desperdicio el artículo de la Revista Faventia "Alophos y albarazo": estudio diacrónico de un campo semántico" de Bárbara Pastor de Arozena. La autora hace un recorrido magistral por la obra de Cervantes, destacando el uso de los términos "albarazada" y "albarrazada", e incluso "albarraz", tomando como fundamento el dominio del griego del quijotesco autor. Recorre toda la etimología, destacando un color dado por manchas moteadas, blanquecinas, que no necesariamente tienen una raíz puramente árabe, sino que está influenciada por el arameo, siríaco e indoeuropeo, determinado este último por la lengua griega y el término "alphos", que según Celso es un tipo de vitíligo o lepra blanca. Realiza un camino por algunas referencias bíblicas, como Job de Edessa, cuyo nombre completo sería Ayyûb Ar-Ruhâwî Al-Albrash, significando su último seudónimo moteado y con similitud a al-baras. Al igual que la grafía alterada que realiza Cervantes (uvas albarazadas y damas con barbas albarrazadas), ocurre con los citados términos de moteado y leproso, rememorando el castigo a María, la hermana de Moisés (castigada y luego perdonada y curada) y Naamán el sirio, a los cuáles se les hará un milagro, tal como ocurre en la condesa que ofende al Malambruno en El Quijote. 


Fortalezas, muros y pozos.

Otra definición hace referencia a un elemento de construcción civil o edificación, o bien una parte de un edificio, así como empedrado o similar fábrica[11]

Las últimas averiguaciones que realizo sobre el origen etimológico, se debe a una circunstancia casual o providencial. Aunque he citado la definición de un término similar al apellido, encontré unas indicaciones del Ministerio de Medio Ambiente respecto a intervenciones en un pinar y, gracias a la riqueza del léxico hispánico, hacen plantearme los contenidos en un interesante documento[12]






[1] El retablo de las maravillas, Entremeses, o también en Don Quijote de la Mancha
[2] De Calahorra, conocida como uva de cojón de gato.
[3] Pitiriasis alba, por manchas blancas, ásperas y escamosas en el cutis, sobre todo despigmentación alrededor de ojos y boca
[4] Epidemiologia Española o Historia cronológica de Las Pestes, Contagios, Epidemias Y Epizootias que han acaecido en España desde la venida de los Cartagineses hasta el año 1801.tomo i. Joaquín de Villalba
[5] Carta o cédula real en la que se concedía alguna merced, o se proveía otra cosa “. O también: “Documento público o privado en que se hacía constar alguna cosa”.
[6] Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, H.ª Medieval, t. V, 1992, págs. 337-358 Notas de interés paleográfico y Diplomático en la literatura bajomedieval Blas Casado Quintanilla.
 [10] Faventia, ISSN 0210-7570, Número 16, Fasc. 1, 1994, págs. 103-110
[11] Albarada: lo mismo que calzada, o pared, sin mortero, o en seco.Diccionario Castellano con las voces de Ciencias y Artes y sus correspondientes en las tres lenguas Francesa, Latina e Italiana.  Autor: El P. Esteban de Terreros y Pando. Tomo Primero. Madrid MDCCLXXXVI. Imprenta de la viuda de Ibarra, Hijos y Compañía. Páginas 59 y 60.
[12] En página 32 vuelto, se define:
Albarrada La pared que se hace de piedra seca. Latinē maceria, æ. Es nombre arábigo, del verbo berdea, que vale cubrir una cosa con otra, o poner una cosa sobre otra, como se hace en la albarrada, que se pone una piedra sobre otra sin cal, ni barro ni otra materia. Deste verbo se dijo «albarda» y «barda».

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