El trabajo con las
cuadrillas de los grandes
Aunque ya no volvería
a México, sí que realiza alguna visita a Uruguay (Real de San Carlos), junto a
su hermano. El resto del tiempo, desde 1909 a 1923, se centra en el perímetro
geográfico de Madrid y sus alrededores. Es en este periodo en el que forma
parte de diversas cuadrillas de toreros conocidos; así por número mayor de
intervenciones, acompaña a: José Zarco, Gaona, Pazos, Cagancho, Ale, Gallito,
Bienvenida, Fuentes y Belmonte. En algunas de estas cuadrillas, le acompañará
Francisco.
Tampoco estuvieron exentos los peligros en los años citados,
sino que tuvo diversos accidentes de consideración, actuando como banderillero,
sobre todo, llevando en toda su cara la marca de haber sido “enfrontilado” por
un toro que se le arrancó el 11 de octubre de 1914 en Carabanchel.
Desde los años 1924 a 1932, parece haber tenido nostalgia de
volver a pasear por todo el país, y con otras ideas, y más como ayudante, como
maestro de principiantes, aparece en muchos festejos. Aquí se le apoda,
cariñosamente: “el antiguo” o “el viejo banderillero”, “el veterano” o “el
viejo Alvaradito”… así, hasta que el 10 de octubre de 1932, aunque él dice que
no se retira, pero alterna en Valladolid con gran arte y siendo muy ovacionado
junto a Carriches, en un evento que se le parece a un retiro, aunque él insiste
en que no se jubila. Tanto es así, que poco después, Fuentes y otros toreros de
renombre, planifican montar una cuadrilla veterana, donde no falta Alejandro,
que cuenta con más de sesenta años.
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