Después de los orígenes.-
Al transcurrir de sus comienzos, no tardó en triunfar. En la
plaza de Zaragoza sale a hombros el día 21 de junio de 1896, habiendo cortado
oreja de uno de los dos animales. Y poco después, vuelve a repetir la actuación
con las Noyas, pero empleándose a
fondo y haciendo muchas “monadas” como decía el crítico (cómo se echaba al
suelo, acariciaba la testuz del toro, toreaba de rodillas, etc.) No sé si quería enmendarse del fallido intento
de la temporada anterior, o quería lucirse ante las “toreras”; quizás ambas
cosas.
Estos años serían inolvidables, dado que los resultados eran
muy buenos, con salidas a hombro, con el salto de la garrocha…disfrutando del
toreo por toda España. No faltaron accidentes, como en Corella el 30/09/1896,
en Madrid el 14/08/1898 o en Sevilla el 30/10/1898 (abdomen, glúteo y
antebrazo). Incluso, tras pugnar con Juanerillo
en Barcelona, en los toros que le tocaban en suerte, tuvo que ver como dicho
compañero moría en la plaza el 27/03/1898, y aparecía de nuevo lo que le dijeron
muy bien: la Providencia. Las críticas taurinas decían algo así: “menudos pavos
les tocan al Alvaradito”; y es que poco
tuvo de novillero cuando se seleccionaban entre las reses más bravas y grandes
frente a las más pequeñas…evidentemente, lo complicado era para él, un trianero
sin padrino.
Estrenando el siglo, tiene dos intervenciones históricamente
relevantes: aparecer como sobresaliente de espada en Madrid, con Antonio
Fuentes, donde no le dejaron matar el toro; y, por otra parte, en la
inauguración de la plaza de las Arenas de Barcelona, en el que tuvo la “suerte”
de ser el primer torero que, con el sable, quitaba la vida a un toro, después
de haber sido rejoneado. Fueron el 2 de mayo y el 29 de junio, respectivamente;
es decir, el día de la independencia española y gran fiesta madrileña, y
vísperas de su cumpleaños y, por otro lado, el celebrado día de San Pedro en
Barcelona.
El 12 de diciembre de 1901, es presentado en México, justo
el día nacional por ser la Fiesta de la Virgen de Guadalupe. Y unos días
después, en Monterrey, toma la alternativa de mano de Mazzantini. Por ello, ya
podía tener su propia cuadrilla e incluso tener corridas de beneficencia para
él mismo; por dicho motivo, aparece en escena su hermano Francisco, Alvaradito
Chico. Recorren también Orizaba y Veracruz.
A su vuelta a España, no le faltarán contratos, e incluso
tendrá la suerte de conocer a personas de la nobleza, como el Duque de los
Abruzzos (príncipe de España, hijo de Amadeo de Saboya); así como el marqués de
Tamarit de Tarragona. No se le olvidará brindarles la muerte de los toros, como
tampoco a éstos el entregarle regalos de alta estima, como monederos de oro,
billetes de alto valor, etc.
Y luego vino su accidente en Jerez de los Caballeros, el 5
de septiembre de 1903.
Su relación con Huelva la tuvo gracias a alternar con
Peguerito, y por una cuestión algo curiosa. En estos años se comenzaban a
incorporar diversas atracciones antes de la parte seria de una corrida de
toros, por algo se le llamaba el circo. Espectáculos cómicos y arriesgados, que
mezclaban el valor con la burla, y el juego con la muerte. Así fue como en
Huelva, el 22 de noviembre de 1903 realiza la suerte de “Don Tancredo” D.
Nicolás Pérez, pero en esta ocasión, el toro arremetió y destrozó la base en la
que estaba subido, cosa pocas veces usual cuando estaba arriba la estatua
humanizable. Se produjo un terror despavorido momentáneo bajo el Monte
Conquero. Allí estuvo Alejandro, que también había participado de algunas
innovaciones como las banderillas en silla, y había llegado a conocer las
suertes impresionantes que se ejecutaban hasta en bicicleta, y por mujeres,
como la Sorianita.
La suerte también le acompañará en la vida cotidiana, siendo
favorecido con el premio del gordo de la lotería en 1904, que era un buen
pellizco del número 21610 (valor que podría comprar hasta algunos edificios en
el centro de Madrid). Pero, casi inexplicablemente, siguió toreando, y poniendo
en grave riesgo su vida, dado que al poco tiempo sufriría cogidas de
importancia, como el 24 de mayo de 1904 en Córdoba, donde sustituía a Fuentes
y, a cambio, recibió una cornada en el bajo vientre.. la providencia
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