Razones para la Inmigración.-
Los genoveses se establecieron en Murcia y crearon unas
relaciones endogámicas con sus paisanos, en tres sentidos: profesional,
nacional y social. Y no será hasta mediados del siglo XVIII cuando enlacen con
los linajes de la oligarquía murciana. Este hecho será patente en nuestra
propia familia.
Perpetuar el patrimonio y la propiedad en un mismo linaje,
llegó a provocar un desgaste biológico, subsanado con la recurrente llegada de
nuevos efectivos familiares desde Génova. Justamente en ese contexto, hemos de
suponer de la llegada de los Rialrribera, en la mitad del diecisiete.
En el modelo y sistema económico internacional y social con
singularidad murciana del siglo XVII, regía el siguiente logos: “genuensis,
ergo Mercator”
Por lo tanto, la estrategia ligur era insertarse en la
sociedad y en la propia ciudad en la que comercializaban y, de esta manera medrar,
aprovechando las ventajas fiscales que de ello se desprendía. Por lo que, no
solo no quieren retornar a su patria, sino que animan a que sus familiares
vengan también a Murcia, constituyendo así sociedades mercantiles de tipo
familiar. Como consecuencia, los beneficios los invierten en adquirir en tierra
española: materia prima, tierras, cargos municipales, hidalguías, mayorazgos,
capellanías, etc.
Fueron pues, los tratantes genoveses, los que lideraban el
comercio internacional de la lana y seda murciana por el mundo, realizando los
primeros tránsitos por el Mediterráneo.
Con su plena integración en la sociedad murciana, llegará el
incremento del patrimonio en la propiedad y la disposición de grandes sumas de
dinero, lo que les proporcionará situarse incluso como banqueros y
prestamistas. El comercio, la banca y la propiedad de la tierra, son
distintivos de los ligures en tierras de Murcia.
Con gran posibilidad, el asentamiento de genoveses contaría
en un principio con reducido capital. Gracias al comercio de la seda, se
produciría la prosperidad, y se situarían en una privilegiada posición para
apoyar a sus familiares o paisanos inmigrados.
Aparecen
en esta situación en Cartagena los Real de Rivera desde Génova,
aunque al parecer, con un origen enraizado en su cercana ciudad de Parma.
En la Riviera de Ponente (Rivëa de Ponente en ligur), se descubre una pequeña ciudad, llamada Borghetto
Santo Spírito (en ligur Borghetto), que pertenece a la provincia de Savona, a 45 kilómetros
de Génova; capital de la provincia homónima en la llamada Riviera delle Palme.
Ya esa región nos da idea de un litoral famoso en el Golfo de Génova, por la fabricación del jabón. No podemos entonces descartar, el apellido RialRivëa, en lengua ligur, teniendo en cuenta que nos encontramos en la entonces Serenísima República Marítima de Génova. (ligur: Sereniscima Repubrica de Zena /re'pybrika)
Totana. -
Se hace patente la emigración desde Totana a Sevilla. Un nutrido
contingente marcharía para la alfarería, sobre todo ceramista, y recalarán en
Triana, gracias a la tradición e insignia de artesanía murciana, y por la
instalación de las fábricas de loza de Pickman, que demandaba de muchos profesionales.
Pero, sobre todo, en lo que eran expertos los totaneros era
en la extracción de la barrilla, para la fabricación de la sosa
al estilo antiguo, antes de su proceso industrial que poco tardaría en llegar.
El nuevo trazado urbano de la villa se articuló en torno a
dos nuevos barrios, separados por la Rambla de la Santa: Sevilla y Triana.
En el primero se concentraban los principales edificios religiosos y civiles,
así como los caminos hacia Murcia, Cartagena, Lorca y Mazarrón. En el segundo
vivían los asalariados y campesinos junto a la comunidad de franciscanos, se
trataba de una especie de arrabal. El nombre de ambos barrios vendría dado
por las relaciones comerciales de los totaneros con la ciudad hispalense, iban
allí a trabajar en la sosa y la barrilla.
El catastro de 1712 también revelará la existencia de caldera
y fábrica de salitre, como testimonio industrial de la fabricación de la
pólvora a partir de sustancias salinas, siendo Murcia una de las más
importantes de entre las Reales Fábricas de pólvora de España, en 1654.
Destacaría después Sevilla en 1756; nuevo motivo de una relación entre ambas
capitales y sus industrias.
1756. Libro de vecindario que comprende todos los individuos
seglares de ella, de ambos sexos con distinción de edad, estado, oficio y
ejercicio y de lo que cada uno utiliza por varios ramos de comercio e
industria. Catastro del Marqués de la Ensenada
En este censo, aparecen algunos apellidos como Rossa,
Baello, Chinchi, de Costa Blaya, Imbernón, Tacon, que parecen ser de origen
italiano. Estos, convivían plenamente con las familias más sencillas que tanto
en Alhama como en Totana, aparecen: Alajarín, Alarcón, Alcaraz, Aledo, Andaluz,
Cánovas, Cayuela, Cifuentes, de Gea, Esparza, Guirao, Mulero, Molina, Nogueras,
Oller, Pallares, Pascual, Ródenas, y muchos otros.
Considerando el desarrollo de los genoveses en Cartagena y
Murcia, cabe pensar que esta área próxima a la Sierra de Espuña sería un
espacio en el que se produjeran inversiones en la tierra y, por ende, un lugar
para que se desarrollase el pueblo ligur hasta diluirse con la población nativa.
Cartagena.-
La importancia geopolítica y económica de Cartagena fue un
elemento para elegir este destino por parte de los migrantes del viejo
continente, así como por los berberiscos. El escaso desarrollo del campo se
equilibraba con las exenciones fiscales para atraer colonos mediante un pseudo
puerto franco. La pesca, la minería y la fértil tierra eran suficientes motivos
para elegir esta ubicación; reclamos que favorecen el asentamiento, destacando
las rutas comerciales de su puerto.
Etimológicamente,
el nombre barrilla procede de barra, aludiendo con ello a los pequeños troncos
y tallos de los salicores, algazules, sosas y almarjos que eran quemados
para obtener diferentes cenizas, las cuales, una vez concentradas,
formaban la "piedra barrilla", a la que las fuentes documentales
contemporáneas citan como materia prima preelaborada vendida anualmente por los
campesinos a los mercaderes instalados en algunas plazas comerciales,
como Cartagena o Alicante.
Bernardino Ramazzini, en su tratado del siglo XVIII De morbis artificum
diatriba, ya habla de la mezcla de cenizas dispuestas en bolas que llegan
de España para que los jaboneros venecianos fabriquen la base de su producto, e
intuye correctamente, que se extrae de plantas que crecen cerca de los
litorales. Pues bien, parece que el proveedor de Génova era principalmente el Campo
de Cartagena.
… Crece en terrenos
salados, y sus cenizas, que contienen muchas sales alcalinas, sirven
para obtener la sosa… De todas ellas, concluye, la más fina y apreciada
es la barrilla, sobre todo en la fabricación de espejos, cristales y
blanqueo de textiles, otras se usaban exclusivamente para jabón…
La sociedad murciana no planteó gran animadversión hacia los
genoveses, aunque al parecer sí ocurriría esto en Cartagena. Esto podría
demostrarse en el temor a declarar el verdadero apellido en los registros y
actos religiosos, hasta en tanto no se dispusiera de la carta de naturaleza y
una plena ciudadanía. Este parece ser el motivo que retrasara la revelación del
apellido RialRibera después de diez años.
… Desde
mediados del siglo XVI algunas informaciones parciales nos confirman la
explotación masiva de las plantas barrilleras: en 1578, por ejemplo,
aparece registrada por primera vez la salida de barcos raguseos, vascos
y genoveses con destino a Livorno y Génova con 17.000 quintales de
barrilla a bordo…
El avance del cultivo y su
integración en el régimen agrario cartagenero, continuará hasta mediados del
siglo XIX, ante la fabricación del carbonato sódico por un nuevo método.
Parece ser que los mercaderes
genoveses rentabilizaron bien su posición a finales del XV, y dado que ya
comerciaban con la lana de Castilla, sustituyeron a los antiguos proveedores judíos
de Murcia y Cartagena en el mercado de la sosa dirigida a Italia.
Ante la fuerte de materia prima demandada
por la industria del jabón, textil y de cristalería, como Génova, la
producción agrícola se extendió a zonas yermas o vírgenes del campo de
Cartagena mediante la sosa-barrilla, arraigando en Murcia, y exportándose
de manera masiva a ciudades con gran tradición jabonera, como Marsella
o Génova.
A finales
del siglo XVIII la producción barrillera fue consolidándose al alza, según
confirman los datos arrojados por la aduana de Cartagena, especialmente
en los años comprendidos entre 1787 y 1799. A partir de este último año
se registran fuertes caídas, provocadas por las malas cosechas de 1800 y
1801, la epidemia de fiebre amarilla de 1804 y por la Guerra de
Independencia (1808-1814).
Familia Real de Ribera en Cartagena. -
1 March 1872. "Vista de Cartagena en el siglo pasado". Cartagena Ilustrada año II (13): 51. Autor: Francisco Barado
Esa área inmigratoria, experimenta desde finales del XV una
importante llegada de contingentes de mercaderes italianos: los alumbres de
Mazarrón, el aprovisionamiento de Murcia y el tráfico lanero, eran suficiente
estímulo para la colonia genovesa. La definición en 1550 sería un mercader
transeúnte, entre Alicante y Cartagena, y sin avecindar. Después de
la peste de 1559, la presencia de ligures fue una constante en el padrón
de 1560, con la especial presencia de genoveses, bretones y
norteafricanos;
“hasta treinta tratantes,
ansi vezinos como ginoveses y forasteros, los quales tratan por mar y por
tierra en muchos generos de mercaderías…”
Y lograron la concesión real de cartas de naturaleza,
así como concesión de vecindades por el Consejo, que al principio
presentaba reticencias y rechazos importantes.
En 1583 se quedará la vía libre para los genoveses ya
que, tanto gracias a sus familiares ya arraigados como el hecho de su actuación
como factores de grandes comerciales, abriría muchas puertas. La vecindad se
concedería con 10 a 20 años de residencia. El avecinamiento y el casamiento
con una lugareña, solía ser la manera más adecuada para la integración en
la sociedad cartagenera del Siglo de Oro.
De entre las concesiones de vecindades a extranjeros en
Cartagena en el periodo 1570-1625 se elevó a 98 en el caso de
genoveses; la mayor de entre todas las nacionalidades, tan sólo seguidos
por 15 portugueses.
Ya el padrón vecinal de 1634 mencionaba a 85 extranjeros
(7,25% del total), de los cuales 33 eran genoveses (39%). En el
padrón de 1683 se mostraba que la crisis de mediados del XVII había sido
superada exitosamente.
Hasta las décadas 1640-1660 se produce una gran crisis, con
epidemias, sequías, guerras, ruina comercial, descenso de la producción agraria;
y frenan la llegada de extranjeros. La recuperación comercial de finales del
XVII y la expansión agraria de Cartagena, serán incentivos suficientes para el
regreso de la inmigración.
Relación de familiares. –
Aunque en el Catastro del Marqués de la Ensenada de
1756, tras buscar en Totana, no acaba por aparecer este apellido, y haciendo
incluso pesquisas en Alhama de Murcia, parece que se trata de una familia a
caballo entre Cartagena, Totana, Alhama y quizás Murcia, debido a
su profesión que creo más posible la que se vincula a la extracción de la sosa
y la barrilla.
Esta falta de consignación en los datos de padrones de
cuantías y profesionales, puede deberse a dos motivos principales:
1.- Eran transeúntes. Esto
hacía que evitasen pagar impuestos y actuar a la vez como tratantes. Se movían
entre las poblaciones de Cartagena, Totana, Alhama y Murcia, por la profesión
que desempeñaban (seguramente fabricantes y comerciantes de jabón, además de la
barrilla y sosa, su materia prima). También es probable que se tratase de la
fabricación de pólvora, por métodos similares.
2.- Privacidad del origen. No
revelaron el apellido italiano Rialrrivera hasta haber obtenido la carta
de naturaleza. Desde el nacimiento de Ynés María hasta Bartholomé, pasaron diez
años, como tiempo mínimo para obtenerla, y habida cuenta que el pueblo de
Cartagena era algo reluctante ante los extranjeros, a pesar de ser puerto común
de inmigración.
Años 1700. Jaime Real Ribera y Juana Mainer Boca, son
naturales de Parma.
Años 1720-30. Uno de sus hijos es Francisco Real Ribera Mainer,
nacido en la República Marítima de Génova. Se trasladaría en su
infancia a Totana (Murcia) con muy posible escala en Cartagena. En este
nuevo pueblo, se casaría con Catalina García Noguera, hija de Francisco
García Bonache Cánovas y de Catalina Noguera Martínez, todos totaneros.
Años 1750. Del ya matrimonio hispano-genovés/parmesano, nacerían varios hijos en
Totana.
Uno de ellos es Santiago Real Ribera García, que se
casaría con Felipa Martínez Avilés.
En los 1770 nacerá de esta
unión Catalina Rivera Martínez en Totana, y de ella en 1790 Francisco
Cayuela Rivera.
Otro de los hijos sería Francisco Real Ribera García, que
se casará con Francisca Villera/Bullera (padres de Totana: Antonio
Villera/Bullera y Sebastiana Arias). En su caso se trasladan
a Cartagena, donde nacerán cinco hijos, de esta unión genovesa-totanera, y
bautizados en la genovesa iglesia de Santa María de la Gracia, por los
párrocos Pedro Bas y Josef Escarlata:
1774
Ynés María Real Bullera;
1776 Fermina María Josefa Real Bullera
1778
María del Carmen Joaquina Roca Real Bullera
1782
Melitón José Rivera Villera
1784 Bartholome Josef Julian Rialrribera Bullera
Bullera apellido de la región de Pisa. Mainer y Boca, aparecen en Turín
y en el área del Piamonte. Todos relativamente próximos a Génova.
Los nacidos en los años 1810-15.
Sevilla, 1814. Francisco Real Rivera y su mujer, Leonarda
Martínez, de Totana, aparecen como abuelos de un bautizado en 1866. También
sus abuelos paternos, Pedro Mulero y Juana María Lajarín, son de
Totana. Es probable que sea nieto de Francisco Real Ribera Mainer, o
bien, hijo de Melitón José Rivera Villera. La escasez de este apellido
nos permite reducir la probabilidad de error y es una ventaja en este estudio.
1845, Sevilla. Catalina Real de Rivera
Martínez en la fecha aproximada de nacimiento de los hijos de los
anteriores, es decir, la citada y Damián Mulero Lajarín.
Su hijo será el nacido en 1866,
Manuel Mulero Real Rivera. Hilario Abascal y Carmen Mulero serán
sus padrinos que lo bautizarán en Santa Ana.
1835-38, Sevilla. Francisco Real de
Rivera, que se casará con Isabel Martínez. (aquí hay ciertas dudas).
Visto en el censo de 1899, Santa Ana de Sevilla.
1859 Sevilla, Amparo Real de Rivera
Martínez, que se casará con Joaquín López Ortíz, y tendrán tres hijos entre
1882 y 1892: Francisco, Carmen y Joaquín.
1835-38, Sevilla. Ginés/Francisco Real de
Rivera García (¿Podría ser hijo de Melitón José?) que se casará con Isabel
Serrano Sánchez, de Alhama de Murcia (Miguel Serrano y Ana Sánchez). Padres
de:
1875, Sevilla. Isabel Rivera Serrano
(Real Rivera). Bautizada en Santa Ana. Es cigarrera y en 1894 tendrá
a Amalia Alvarado Rivera (Real Rivera), siendo soltera. El padre es
Manuel Alvarado Martín. En el censo de 1895 estarían residiendo en calle
Rodrigo de Triana, 36. En el censo de 1898 en calle Alfarería, 63.
1898, Sevilla. Manuel Alvarado Real de
Rivera y años después sus hermanos Antonio y Enriqueta.
Murcia. 1810 Gonzalo Real de Rivera, y su esposa Luisa Hernández,
ambos de Totana, aparecen como padres del novio en un matrimonio celebrado el
11/12/1858 en la Iglesia de Santa María.
1833, Murcia. José Antonio Real Rivera
Hernández, que se casará con María de los Dolores de San Nicolás (1828).
Gonzalo y Francisco podrían ser hermanos, o incluso primos,
de tal manera que se consolidaban ambas familias en dos poblaciones distintas.
Hoy día, encontramos que el apellido Rivera, es
preponderante en la región de Génova. Rialto es una población muy
cercana a Borghetto al igual que Savona. Lo que también podría
sugerir una mezcla entre Rialto y Rivera, dando lugar a Rial-Rivera, y
dado que no localizo vestigios del apellido Rial en el área próxima a Génova,
y muy escasos en el resto de Italia. Y dada la historia compartida del jabón entre
Castilla y Savona, no sería de extrañar que los Real Rivera fueran castellanos
que en el siglo XV llegaran a Génova.
Litografía del siglo XVIII. Fábrica de jabones. Imagen extraída de: mers85.wordpress.com
Bibliografía. -
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https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=a,96,c,373,m,1871&r=ReP-3862
-DETALLE_REPORTAJESPADRE
https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?METHOD=BSQSENCILLA&sit=texto,totana,orden,%20,elementosPorPagina,30,c,373,m,139,serv,Carmesi,ofs,120
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LA
SOSA-BARRILLA: UNA SEÑA DE IDENTIDAD DEL CAMPO DE CARTAGENA EN LOS SIGLOS XVI
AL XIX Francisco Velasco Hernández Doctor en Historia Moderna)
8.
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